La noche del Niño Larva. Remake

Home/Blog personal/La noche del Niño Larva. Remake
  • Estampa matinal. Gabriel Lacomba, Agustín Fernández Mallo y Miquela Forteza ante la vitrina. Foto: Gabriel Lacomba
  • Vitrina. Casa Gabriel Lacomba/Miquela Forteza. Foto: Miquela Forteza
  • Agustín Fernández Mallo; Gabriel Lacomba. Proyecto Niño Larva. Foto: Gabriel Lacomba

La noche del Niño Larva. Remake

Hacía mucho tiempo que hablábamos del “Niño Larva”. Todo comenzó un sábado de hoy hará unos 18 meses. Como muchos otros sábados, estábamos cenando con Aina y Agustín, en esta ocasión en un restaurante coreano. La casualidad quiso que nos sentáramos justo debajo de una pintura curiosa, una especie de estampa sincrética de la Virgen, con regusto latinoamericano. Sinceramente, yo no la hubiera visto, cuando estoy con gente no me fijo en nada, pero ellos tres sí tienen esa costumbre. Inmediatamente, Agustín reparó en el Niño y dijo: “fijaos, parece un niño larva”, todos lo miramos y nos reímos, realmente parecía un niño larva, una cabeza desproporcionada pegada a un mini cuerpo túbico.

Virgen Niño Larva Inmaculada. Foto: Agustín Fernández MallorA partir de este momento entró en juego mi oficio de historiadora del arte, empecé a fijarme en el resto de la composición. Lo que realmente me sorprendió fue esa mezcla ecléctica de Virgen con Niño e Inmaculada. Las Inmaculadas convencionales no llevan niño, y menos niño larva, pero era una seudoinmaculada porque estaba sobre la media luna apocalíptica. Me recordó enseguida, en versión contemporánea, a aquellas pinturas marianas, extraídas de xilografías populares, que yo explicaba en clase cuando impartía la asignatura “Arte Iberoamericano. Época moderna”. Colocada en una mandorla, la “Virgen con Niño Larva Inmaculada”, morena como los indios, se nos aparecía, como recortada, sobre un naif fondo marino. Realmente sorprendente.

Por la noche, cuando estaba ya en la cama, recordé de nuevo la imagen y fue entonces cuando caí en la cuenta de que el tipo iconográfico de algunas de las advocaciones marianas más directamente vinculadas con América como la Virgen de la Candelaria de Copacabana, la de Cocharcas en Ayacuyo, Nuestra Señora del Rosario de Pomata o la Virgen de Chiquinquirá, aunque derivan de la Virgen del Apocalipsis, todas ellas portan Niño al igual que la “Virgen con Niño Larva Inmaculada” del restaurante coreano. No había duda, nuestra “Virgen con Niño Larva Inmaculada”, era americana.

Dejando al margen todas esas disertaciones, me gustaría dejar constancia de que una Virgen como esta, en versión reducida y escultórica, muy bien podría formar parte del muestrario de recuerdos souvenirs que Biel y yo exhibimos en nuestra vitrina. Nuestra vitrina, para bien o para mal,  suele llamar la atención de la gente y como no podría ser de otro modo, Agustín desde el primer día que vino a casa se “prendó” de ella. No sé si fue al instante, pero pienso que muy pronto empezó a verla como una especie de urna en la que pernoctar, retirando los objetos, por supuesto.

El episodio del “Niño Larva”, más la vitrina/urna, más el centenario de La Metamorfosis de Kafka, más la posibilidad de que Biel, especialista en time lapses y largas exposiciones, registrara, cual huella nocturna, todo el sueño de una noche agustiniana, dieron como resultado el “Proyecto Niño Larva”. Yo creía que nunca iba a ocurrir, que todo quedaría en una broma, pero un buen día, concretamente el 14 de febrero de 2015, el día de los enamorados, Agustín apareció en casa con un saco de dormir y su cepillo de dientes dispuesto a emprender la tan esperada acción.

Véase:

FERNÁNDEZ MALLO, A.; LACOMBA, G. “La noche del Niño Larva”. El Estado mental, 23 de abril de 2015. http://www.elestadomental.com/diario/la-noche-del-nino-larva 

[ Consultado el 23 de abril de 2015]

Home: http://www.proyectolarva.com/

About the Author:

Miquela Forteza es Doctora en Historia del Arte por la Universitat de les Illes Balears.

Leave A Comment