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Xilografies Antigues del Bt. Ramon Llull

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Con motivo de la celebración del año Llull, recientemente se ha publicado el libro Xilografies Antigues del Bt. Ramon Llull. 

Hace poco más de 100 años, concretamente el 3 de julio de 1915, y para contribuir a los homenajes del sexto centenario de la muerte de Ramon Llull, la Imprenta Guasp estampó las xilografías antiguas del «beato», seleccionadas entre el gran arsenal de matrices xilográficas que conforman su colección.

La Imprenta Guasp fue fundada en 1576 y estuvo en funcionamiento hasta el 1958. La vinculación de esta familia al mismo negocio durante casi cuatro siglos sin interrupción, y el entusiasmo con que sus artífices se dedicaron al arte de imprimir permitió que en la actualidad podamos disfrutar de la Colección Guasp, conformada por 1.590 matrices xilográficas, verdaderas joyas del arte gráfico, estimables no sólo por la cantidad, sino también  por la variedad y la calidad de muchas de las piezas.

Las xilografías que conforman la Colección Guasp abrazan el extenso periodo que va de finales del siglo XV al XIX y abordan una ancha selección de temáticas y tipologías diferentes. Si bien la parte más numerosa está constituida por imágenes religiosas, especialmente representaciones de las advocaciones mallorquinas más populares, no faltan imágenes profanas, de todo tipo, de gran interés para muchas disciplinas.7

Como es lógico, gracias a la estrechada relación existente entre Ramon Llull y Mallorca y a las múltiples ediciones lulianas mallorquinas, en la Colección Guasp hay un buen número de xilografías dedicadas al insigne escritor. Fue por ello que Felip Guasp Vicens decidió seleccionarlas con la intención de conformar el mencionado monográfico luliano para contribuir a las celebraciones del sexto centenario de

Primera manifestación impresa mallorquina: la Bula de Indulgencias de la Santa Cruzada para la defensa de Rodas.

La primera manifestación impresa mallorquina es una bula de indulgencias. Aunque en conjunto su conservación es bastante defectuosa, permite conocer la localidad en que fue expedida y la fecha de la misma: Mallorca en 1480. El título, Bula de indulgencias de la Santa Cruzada para la defensa de Rodas, fue obtenido de las primeras líneas del texto: Forma confesiona[l]. Nos fiat Ioha[n]nes Gri[n]yo co[m]missario i[n]fra […] [et] d[omi]no n[ost]ro d[omi]no Sixto diuina p[ro]uide[n]tia […] co[n]tra p[er]fidos turcos xam uo[u]is hostes i[n] deffetone[m] i[n]sule Rhodi [et] fidei catholice fia[m] [et] facie[n]da co[n]cessa[rum]…  Contiene la firma de fray Juan Grinyó, comisario encargado de la comisión de limosnas,[1] y la fecha al final del texto: Datum mairoricis […] anno Millesimo quadrige[n]tesimo Lxxx.[2]

Tiene la particularidad de no ser una impresión realizada con tipos móviles, sino que está grabada toda ella en una plancha de madera. La proximidad de las letras, el dibujo de algunas capitales y, sobre todo el ut, olvidado primero y añadido después entre líneas en la cuarta del texto, son prueba suficiente, según Rubió, de que se trata de una plancha grabada y no de una composición con tipos móviles.[3]

Esta bula formaba parte de una importante colección de bulas incunables y góticas adquirida por la Biblioteca de Catalunya, halladas todas ellas en la más pequeña de las Islas Baleares.[4] La mayoría se encontraban en muy mal estado de conservación, arrugadas y mutiladas, por lo que fue necesario someterlas a una esmerada restauración.[5]

Según Francisco Vindel, esta bula es uno de los documentos más interesantes para la historia tipográfica española, precisamente por ser su estampación producto de una plancha grabada en madera.[6] Ello revela que aún

El «Tempio di Ravenna» de Piranesi

El otro día, como de costumbre cuando estoy esperando a alguien, abrí un libro al azar. Fui a parar a una página ilustrada con un grabado de Piranesi, que representa, según se indicaba en la propia imagen, «Un Tempio di Ravenna». En realidad se trataba del Mausoleo de Teodorico.

Giovanni Battista Piranesi, arqueólogo, arquitecto, investigador y grabador italiano, realizó multitud de grabados de edificios de la Antigüedad romana. Su preocupación arqueológica, propia de la época, le llevo a documentar restos y edificaciones combinando belleza y precisión a la vez. Sus reconstrucciones, a veces fantásticas e imaginarias, contrastan con sus estudios de cimentaciones en los que a la observación directa añade fórmulas basadas en la teoría vitrubiana.

El Mausoleo de Teodorico, situado en las inmediaciones de Rávena, fue construido por el rey Teodorico el Grande hacia el año 520 d.C. Considerado como la más célebre construcción funeraria de los ostrogodos, se distingue del resto de las edificaciones de la zona por el hecho de no estar construido en ladrillo, sino con bloques de piedra de Istria.  Retomando la tipología de otros mausoleos romanos, es de planta circular, hecho que llevó a confusión al mismísimo Giorgio Vasari.

El escritor, arquitecto y pintor Giorgio Vasari había manifestado su desprecio por los godos y los lombardos. Estaba convencido de que la deplorable calidad de su civilización quedaba patente, precisamente, en los edificios de Rávena, edificios grandes y majestuosos pero «infantilmente torpes», según sus propias palabras. No obstante, a Vasari le causaba gran impresión una iglesia cubierta por una gran cúpula hecha de un solo bloque de piedra de Istria, Santa María Rotonda, porque imitaba a la arquitectura de la antigüedad romana. Lo que no sabía el teórico es que esta iglesia originariamente había sido

¿Minotauro o centauro? La recuperación de la imagen canónica del minotauro de Creta

Con la recuperación de las fuentes griegas en el siglo XVIII, la imagen del hombre con cabeza de toro fue aceptada de manera generaliza para la representación habitual del minotauro de Creta, el cual era fruto de la unión antinatural de Pasífae, esposa de Minos, rey de Creta, con un toro. No obstante, antes de rescatar esta ancestral imagen, el minotauro atravesó un largo periodo de búsqueda de una imagen conveniente a su forma, experimentando muy distintas combinaciones de la mezcla de hombre y toro propia de su condición.

La destrucción de la imagen canónica del minotauro tuvo lugar en la Edad Media, instalándose desde entonces una vacilación generalizada que desembocó en la parcial apropiación de la imagen del centauro, en una equiparación del hombre-toro como hombre-caballo.

La imagen del minotauro-centauro se fue consolidando a partir del siglo XVI gracias a los grabados de las distintas ediciones de Ovidio. La Edad Moderna fue, por tanto, un período de confusión para su imagen y, aunque conoció algún intento excepcional de reinvención arqueológica, tuvimos que esperar al siglo XVIII para recuperar la cabeza de toro sobre los hombros del minotauro.

Véase:

DÍEZ PLATAS, Fátima: Díez Platas: ¿Una imagen ″al pie de la letra″?. En: Quintana. 4 (2005), pp.141-152.

FORTEZA OLIVER, Miquela: “Los “Dos libros de Cosmographia” de Jerónimo Girava. Imágenes ilustrativas”. Gutenberg-Jahrbuch (2013): 139-147.