La primera manifestación impresa mallorquina es una bula de indulgencias. Aunque en conjunto su conservación es bastante defectuosa, permite conocer la localidad en que fue expedida y la fecha de la misma: Mallorca en 1480. El título, Bula de indulgencias de la Santa Cruzada para la defensa de Rodas, fue obtenido de las primeras líneas del texto: Forma confesiona[l]. Nos fiat Ioha[n]nes Gri[n]yo co[m]missario i[n]fra […] [et] d[omi]no n[ost]ro d[omi]no Sixto diuina p[ro]uide[n]tia […] co[n]tra p[er]fidos turcos xam uo[u]is hostes i[n] deffetone[m] i[n]sule Rhodi [et] fidei catholice fia[m] [et] facie[n]da co[n]cessa[rum]… Contiene la firma de fray Juan Grinyó, comisario encargado de la comisión de limosnas,[1] y la fecha al final del texto: Datum mairoricis […] anno Millesimo quadrige[n]tesimo Lxxx.[2]
Tiene la particularidad de no ser una impresión realizada con tipos móviles, sino que está grabada toda ella en una plancha de madera. La proximidad de las letras, el dibujo de algunas capitales y, sobre todo el ut, olvidado primero y añadido después entre líneas en la cuarta del texto, son prueba suficiente, según Rubió, de que se trata de una plancha grabada y no de una composición con tipos móviles.[3]
Esta bula formaba parte de una importante colección de bulas incunables y góticas adquirida por la Biblioteca de Catalunya, halladas todas ellas en la más pequeña de las Islas Baleares.[4] La mayoría se encontraban en muy mal estado de conservación, arrugadas y mutiladas, por lo que fue necesario someterlas a una esmerada restauración.[5]
Según Francisco Vindel, esta bula es uno de los documentos más interesantes para la historia tipográfica española, precisamente por ser su estampación producto de una plancha grabada en madera.[6] Ello revela que aún no existiendo en esta época la imprenta en Mallorca, sí existía un grabador que dominaba el arte de la impresión aunque fuese por un procedimiento tan primitivo.[7] Señala que es muy curiosa la lectura grabada en madera porque el texto es de letra gótica y los epígrafes en letra de mayor tamaño, pero de influencia romana.[8]
Vindel sostiene que Nicolau Calafat bien pudiera ser el grabador de la bula, aunque no hay datos que avalen dicha hipótesis.[9] Según Haebler, los caracteres tipográficos utilizados por Calafat difieren radicalmente de los de la bula, cuyo trazo elegante, compacto y hábilmente ejecutado, le concede un aspecto poco relacionable con los alfabetos utilizados por los impresores catalanes del siglo XV.[10]
Por otra parte, tenemos noticia de que en 1478 trabajaba en nuestra ciudad el maestro Juan Jobin, grabador de naipes y estampas, quien muy bien pudo ser el artífice ya que estaba especializado en la técnica xilográfica.[11] Sea como fuere, para la cronología de los orígenes de la imprenta en Mallorca, la bula nos suministra un dato importante, pues la forma en que está impresa demuestra que en 1480 todavía no funcionaba tal avance técnico, ya que si hubiera estado en marcha no se hubiera recurrido a la xilografía para reproducirla.
La creación de la primera imprenta en Mallorca tuvo lugar en 1485 por iniciativa de Nicolau Calafat y Bartomeu Caldentey. No obstante, ésta fue una experiencia breve que se concretaría enérgicamente a partir de la segunda mitad del siglo XVI con las experiencias tipográficas de Fernando Cansoles y Gabriel Guasp I.
Este texto forma parte del libro: FORTEZA OLIVER, Miquela. Los origenes de la imprenta en Mallorca. Palma: Objeto Perdido. 2011, págs. 33-35.
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