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Homo bulla est

El símbolo de la pompa de jabón es un caso especial dentro de la iconografía de las vanitas, no solamente indica la fragilidad de la vida, sino también la vulnerabilidad inherente al ser humano. Este símbolo fue recogido ya en la antigüedad clásica por los escritores Varrón y Lucano quienes consagraron la frase latina, Homo bulla est («el ser humano es como una pompa de jabón»), y la de Vita quasi fumus, bullula flos que perit («la vida acaba como una pompa de jabón y como una flor»). Ambas sentencias fueron transmitidas en el Renacimiento a través los Adagia de Erasmo de Rotterdam, consiguiendo en la segunda mitad del siglo XVII una gran difusión junto con otros motivos que reflejaban la mortalidad. De este modo, un grabado de Hendrick Goltzius de 1594, representa a un niño apoyado en una calavera, mientras realiza pompas de jabón con un canutillo. El lema es: Quis evadet? («¿quién se salva?»). La inscripción del grabado reclama una alegre apoteosis de la muerte, considerándola, al igual que en la Edad Media, como el umbral hacia la nueva vida eterna: Flos novus, et verna fragrans argenteus aura /Marcescit subito, perit, ali, perit illa venustas. / Sic et vita hominum iam nunc nascentibus, cheu, / Instar abit bullas vanitas elapsa vaporis. El niño con el cráneo, cuya representación se multiplica durante el siglo XVI, juega un papel importante en la iconografía de las vanitas, ello seguramente puede relacionarse con su posición en el mundo de las ideas de la religión antigua (Eros-Tanatos).

En la naturaleza muerta y en las vanitas abundan los símbolos, las ambigüedades, las polivalencias, y si de entrada su lectura puede parecer lineal, hay aspectos que sólo la mitología, la religión y la historia

La Nova Reperta de Stradanus

El pintor y decorador Jan van der Straet, conocido como Johannes Stradanus o Stradano (Brujas 1523-Florencia 1605), es un ejemplo excepcional de artista polifacético, cuya obra manifiesta una perfecta simbiosis entre las formas estilizadas y antinaturalistas del manierismo italiano y el realismo flamenco. Aunque nació y se formó en Flandes, permaneció gran parte de su vida en Italia donde participó en algunas de las empresas artísticas más importantes de la época. En Florencia trabajó para el Gran Duque en sus nuevas colecciones de tapices y colaboró con Giorgio Vasari. Es allí donde conoció de primera mano el ambiente artístico de la corte renacentista de los Médicis, consiguiendo entrar en la Academia de Bellas Artes florentina en 1563. Ello le permitió participar, entre otros eventos importantes, en los fastos preparatorios de los funerales de Miguel Ángel el año 1564.

Muchos de sus diseños fueron reproducidos por los grabadores flamencos más considerados del momento: Adrien y Hans Collaert, Pieter Jalhea Furnius, Johann Sadeler, Johan Wierix, Philip Galle… Este es el caso de la Nova Reperta, una colección de veinticuatro grabados, hechos sobre dibujos originales de Stradanus, que aluden a los grandes descubrimientos tecnológicos y geográficos de la época, tales como el descubrimiento de América, o la invención de la imprenta, el grabado en cobre, la pintura al óleo, las gafas, la silla de montar, la pólvora, la brújula o el reloj, entre otros. Se trata de una tradicional catalogación de las invenciones renacentistas, cuya referencia más próxima se halla en De Inventoribus Rerus (1599).

Por su especial relación con las artes gráficas, tema primordial de este blog, me referiré a la lámina que representa el invento del grabado en metal, también llamado grabado en hueco, buril, talla dulce o

«Los siete pecados capitales» (1556-1557) de Pieter Brueghel el Viejo

La obra de Pieter Brueghel el Viejo constituye la más original aportación de los Países Bajos del siglo XVI al estudio de las relaciones entre el hombre y la naturaleza. Su peculiar interpretación del mundo se puede relacionar con la visión intelectualizada de la realidad, propia de los ambientes cultos flamencos. En sus representaciones, la vena satírica, de procedencia clásica, se mezcla con la tradición de los refranes y proverbios nórdicos.

Además de pinturas y dibujos de gran calidad, muy influenciadas por El Bosco, es el inventor de un gran número de grabados ejecutados habitualmente por otros artistas y publicados por el editor Hieronymus Cock (1510-1570), en cuyo taller de Amberes, Aux quatre vents, se editaron las estampas de la mayoría de los grabadores flamencos de la época. Cock fue el principal editor de los Países Bajos del siglo XVI y el responsable de que Amberes se convirtiera en el principal centro comercial de grabados del norte de Europa en su momento.

Tanto Brueghel como Cock trabajaron en ocasiones con el grabador Pieter van der Heyden (ca. 1530-post 1572). De hecho, los tres participan en la ejecución de la serie de los pecados capitales, siendo Brueghel el inventor de los dibujos, Van der Heyden el grabador y Cock el editor de la serie.

En los «Siete pecados capitales», Brueghel reflexiona sobre los vicios que acechan a la humanidad, lo hace mediante paisajes fantásticos repletos de seres monstruosos, en parte irónicos, en parte intimidatorios.  Cada grabado incluye una inscripción explicativa en el margen inferior en dos líneas, la primera en latín, en mayúsculas, y la segunda en flamenco, en minúscula. A su vez, cada una de las imágenes está presidida, a modo de alegoría, por